Star Wars y yo

En 1977 yo tenía nueve años. El estreno de La Guerra de las Galaxias fue todo un acontecimiento. Colas gigantescas se formaban alrededor de los cines en que se proyectaba. Su éxito fue tal que mi padre decidió llevarnos a verla, con mis primos, unos primos a los que no veíamos casi nunca, a la sesión de noche, en el Real Cinema de la plaza de la Ópera de Madrid. (Un cine que ya no existe).

Han Solo Star Wars
Yo tenía nueve años y aún recuerdo la tremenda impresión que me produjo ver en pantalla aquella escena incial en la que una nave enooorme era, es, siempre será, perseguida por otra nave aún más enooormeee, que no se acababa nunca… Era un plano absolutamente novedoso en el cine, y la sensación de realismo fue tan brutal que aún la recuerdo.

Del resto de la película no recuerdo nada. Pero en cambio sí que recuerdo ir, muy de noche, de vuelta a casa, en coche, por una carretera de Extremadura desierta, pensando en lo que había visto. Era a-lu-ci-nan-te. ¿Cómo podían haber hecho algo tan molón?

George Lucas Lawrence Kasdan
Luego vinieron los cromos, el puzzle de los Xwing que colgué en mi cuarto, los muñequitos de kenner… Tenía nueve años, pero cuando estrenaron El Imperio Contraataca, debían ser ya doce. Y entonces, entonces sí que me dió fuerte. Aquel final, tan abierto y tan triste me dejó intrigadísima y hecha polvo. La secuela me gustó aún más que La Guerra de las Galaxias y como no tenía vídeo, arrastraba a mi hermano, menor que yo, a cualquier cine dónde la echarán.

Vi El Imperio Contraataca, en cine, así como doce veces. Me sabía los diálogos, los aprendí casi sin querer, y Han Solo, Harrison Ford, se convirtió en mi héroe y yo, en su primer fan. Qué guapo estaba el condenado. «Te quiero», decía Leia, y él le contestaba «Lo sé». !!! ¡Madre mía! Tanta emoción en sólo dos palabras me dejó derretida del todo.

Harrison  Ford Autógrafo Star Wars
Como fan del siglo XX me dediqué a contactar con ¡todo el mundo! Escribí a la Twenty Century Fox americana, a la distribuidora en España, la Cinema International Corporation, a los agentes de los actores (recordad que Internet no existía, así que preguntaba en la embajada americana…). Gracias a mis actividades conseguí carteles, fotos, autógrafos… Era la fan número uno, ¿no?

Carrie Fisher Autógrafo
Y esa emoción, ese amor incondicional por la saga de Star Wars se mantuvo en el tiempo. Allí escondida en mi corazoncito. Hasta que estrenaron La Amenaza Fantasma. Nadie podría estar más emocionada que yo. Cuando , de nuevo en el cine, oí la música de John Williams… Oh, ah, oh… Y entonces vi la película y… aquello era una mierda. O sea, sí, estaba bien hecha, pero la historia, los personajes, me importaban un comino. Aquello no tenía emoción alguna. Era un envoltorio maravilloso para un enorme vacío.

Sí, vi luego las otras dos películas y no volví a verlas nunca más. Me decepcionaron tanto que ahora, años después, cuando estrenan una nueva película de Star Wars, y los fans atronan las redes, yo callo. Ni siquiera he comprado una entrada. Ni siquiera sé cuándo iré a ver El Despertar de la Fuerza. Iré sí. Pero me decepcionaron tanto hace años, que mataron toda emoción. Ahora ya no espero nada. Mis expectativas son cero. Es como un amor que te traicionó y te hizo tanto daño que ahora cuesta volver a enamorarse. Veremos. Veremos.